jueves, 20 de marzo de 2014

El amo inconsciente

"La mitad de tu Ser consiste en tu madre y la mitad de tu Ser consiste en tu padre. Tu estás aquí por ellos. Todo lo que te está ocurriendo es, en cierto modo, por ellos" -Osho-

Existen prohibiciones, NOES, que están en tu cabeza, que constituyen el Amo que mora dentro de ti o la Ley del AMO. No las oyes ya, alguna vez las escuchamos como mandatos que nos impulsan a actuar de formas que luego sentimos como inciertas. (¿Porque lo hice? ¿Porque lo dije?, etc) O, tambien se sabe de su existencia por las dificultades que tienes en tu vida.
Estas ordenes actúan desde adentro, desde tu  inconsciente, y te transforman en un ser pasivo, como si fueras un robot, un automata programado para cumplir, muy a pesar tuyo, con esas sentencias, ordenes o mandatos a los que llamaremos frenadores; pues no te permiten vivir una vida plena y por tanto, no permiten que te desarrolles.
Algunas veces, estas ordenes son expresadas de manera amable y en forma de aprobación, enmascaradas en una pregunta: “Vamos toma, ¿qué te va a hacer una copita?”, dicha a un ex –alcohólico; “¡Alquila esa moto...subete, no te vas a matar!”; “Está bien que fumes... todo el mundo lo hace”; “¿Vas a ir al médico por ese dolorcito?, ya pasara”. 
Estas ordenes constituyen lo que se denomina el Argumento de Vida, un termino acuñado por Eric Berne, un psiquiatra creador del Analisis Transaccional (AT), una escuela de psicología enfocada al mejoramiento personal y social.
Veamos ahora, de donde surge el Argumento de Vida:
Matriz Inicial de Mensajes: estructura formada mandatos frenadores, permisores, cuasipermisores y, a veces, falsos permisores que constituyen una base desde la cual comenzamos a percibir la vida, sentir, pensar y actuar sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre el mundo en general.
Sistema Interno de Creencias: La MIM se va formando en los primeros meses de vida hasta que a partir de los 5 a 12 años más o menos se va configurando y formando el SIC que es el conjunto de todas nuestras creencias sobre nosotros mismos y el mundo.
Argumento de Vida: es la suma de la MIM, y el SIC. En otras palabras, así como un actor interpreta su personaje siguiendo fielmente su argumento o guion, también nosotros configuramos el curso de nuestra vida en una especie de drama según nuestro propio guion vital.  Veamos un ejemplo:
Virginia, una señorita, de 44 años, tiene el "Argumento" de envejecer junto a su madre, cuidarla en su ancianidad, no abandonarla pase lo que pase, considerará que esa es su única y auténtica misión. Por lo tanto pondrá todos sus talentos al servicio de la obra, y la actuará de la manera en que le fuera pautada. Como todo actor, tendrá sus momentos de descanso, pero a la larga continuará con su actuación. Hay diferencias, por supuesto. El actor sabe que está actuando, pero los que no somos actores no. Virginia no sabe que toda su vida ha sido escrita quizás, antes de nacer. Puede tener sospechas o certezas de que existe una vida diferente, lo ve en telenovelas, lo lee en libros y en otros modelos que la vida le presenta. Pero el riesgo de cuestionar su propio argumento es muy grande: ¿Quién sería sin su libreto? Si fue argumentada para quedarse a vivir con la madre ¿Qué sentido tendría su vida si se la liberara de esa "misión?"
El Argumento en el que Virginia basa su vida, en síntesis, podría escribirse así: Se trata de una niña cuya madre le contaba (MIM) que el destino de toda hija es cuidar de los padres hasta que mueran tal como lo hizo ella con su propia madre. Que podría tener sus propias experiencias amorosas pero nunca comprometerse con ellas (Hombres, muchos; pareja, ninguna) porque podrían apartarla de su auténtica misión y transformarla en una persona mala y rechazada por todos. En función de ese argumento, reiterado de mil formas diferentes a lo largo de su vida, haciendo malas elecciones de pareja, abandonando cualquier deseo posible. Virginia ve transcurrir sus días sin pena ni gloria al lado de su anciana madre. Es tanto su desgano vital que ni ganas tiene de ponerle aceite a la rueda derecha de la silla de ruedas con la que saca a pasear a la madre. Algunas noches ha soñado con el chirrido y se despierta sobresaltada con la idea de que la madre la está llamando. En este escenario, Virginia se provoca, inconscientemente, una variedad de experiencias confirmatorias de su argumento con lo que queda anclada a él pero... deseando una vida diferente.
Intimaciones: mensajes prohibitivos que constituyen el fundamento del guion de vida.
Permisos: mensajes positivos que el niño recibe para poder desarrollarse libremente.
Permisos vs Intimaciones:
  • Poder existir,  vivir y formar parte de este mundo; al momento de nacer el bebe, recibe mensajes de sus padres de si lo quieren, de si es en efecto un niño deseado. Si no es así se formula en cambio la intimación: no existas, la cual puede continuar dándose hasta la pubertad con expresiones como: ¡Oye tu, en esta casa ya no tienes nada de qué hacer! ¡Ojala no hubieras nacido! ¡Qué bien que estaría si tu no estuvieras, pues hubiera podido estudiar sin necesidad de casarme con este hombre estúpido, ni hubiera tenido varices!, etc. Alguien que haya recibido esta intimación tendrá que esforzarse seriamente en el curso posterior de su vida para afirmarse a sí mismo o para tomar contacto con otras personas, pero con esta intimación, tratara de probar compulsivamente que no debe existir. Generan enfermedades psicosomáticas como ulceras al estomago, hipertensión, asma, migrañas, infartos, toxicomanías, etc.
  • Permiso para ser el mismo; un niño sabe hacia los tres años si es varón o hembra, si tiene los ojos marrones o verdes. Las chicas obtienen a menudo la intimación: no seas tú misma, cuando vienen algunas veces al mundo con desencanto de la familia que esperaba el hijo varón. O  un niño se le educa o viste como una niña, porque a su madre, le recuerda al marido que se fue, con lo que recibe la intimación: no seas tú mismo. Estas personas reciben desarrollan tramas sentimentales, como confusión, (Estoy siempre tan confundido), inferioridad, inseguridad, depresión.
  • Permiso para poder vivir de acuerdo a la propia edad; los padres a los que no les gusta los lactantes o que desean que los niños vivan a sus expensas, dan al niño la intimación:no seas niño. Ya adultos estas personas se lamentan de no haber tenido nunca una verdadera niñez, no haber podido jugar y haber sido tratados de un modo seco sin sentimientos. Hay otros quienes reciben la intimación no crezcas, pues sus padres no soportan que los niños se independicen, y menos aun que abandonen la casa. Ahí encontramos a los llamados hijitos de mama, con treinta años, al que su madre prepara la ropa cada mañana. (Porque pues, va a tener el chico que saber lo que tiene que ponerse, yo sé perfectamente lo que le cae bien)  
  • Permiso para poder amoldarse corporal y sentimentalmente a otras personas; si los padres son reservados y cualquier contacto corporal les resulta incomodo y hasta penoso, los niños reciben  a menudo la intimación: no te acerques a mí. Este mensaje se trasmite sin palabras (no verbal) a sus hijos cuando trabajan duro durante todo el día y de hecho no están nunca o muy pocas veces en casa; y con frecuencia también se les dice a los niños con palabras claras que es peligroso aproximarse a personas del mismo sexo o de sexo distinto. En este sentido habría que analizar las quejas de los conyugues cuando dicen: No puedo tolerar que él/ella me este tocando o que se meta a la cama conmigo.  
  • Permiso para poder sentir lo que realmente siente; alegría, tristeza, miedo, rabia. Cuando los padres rechazan estos sentimientos, pronto aprende el niño a sentir solo aquello que se espera de él. Realiza la intimación: no sientas, sustituyendo sus sentimientos originarios por tramas sentimentales.
  • Permiso para pensar; Todo niño natural y espontaneo formula preguntas sin descanso, cuando no se les da las respuestas razonables y al mismo tiempo se rechazan las actuaciones, reacciones y decisiones del muchacho, se le está intimidando: no pienses. Más tarde reconocemos estas intimaciones en frases como: Yo no sé, o bien: Hoy no puedo pensar nada bien. Son personas que lo parlotean todo sin pensar, son víctimas de los propagandistas, lo llamados borreguitos.
  • Permiso para tener éxito; es necesario para que todo adulto prospere y se sienta realizado, sin embargo de niño se recibe la intimación: no hagas eso, esta llega al niño cuando sus padres temen que algún día tenga más éxito que ellos, porque eso le pondría ante sus ojos su propio fracaso. La intimación puede aceptarse en un sentido absoluto (Fracasado en toda la línea) o puede quedar limitada a un campo limitado (profesión, deporte, sexo, vida matrimonial)
  • Permiso para estar sano; hay madres supermiedosas que corren al médico por cualquier dolorcillo del niño. Se instaura la intimación: no estés sano, puede nacer el hipocondriaco, que se angustia y se siente medroso, cuando tiene que vivir algún día sin poder experimentar ningún síntoma de enfermedad. La misma intimación golpea a los niños respecto a la salud espiritual, cuando corrientemente reciben mensajes como este: tu estas mal de la cabeza, eres un mentecato, contigo no se logra nada, o cuando se le reprocha exageradamente unas determinadas formas de comportamiento.
Otra intimación importante es la equiparación, cuando la madre dice al niño: tú eres el vivo retrato de tu tío, las peculiaridades de ese tío pueden ser trasladadas a su hijo. Si el tío muere a los 35 años de una intoxicación alcohólica, el niño puede incorporar e imitar ese hecho en su guion vital.
Caso: A, un administrativo de 40 años de edad, perdió su trabajo y por eso intentó quitarse la vida. Hace tres años también intentó suicidarse. Sus compañeros de trabajo  y sus jefes se ocuparon amablemente de él y le dieron nuevas oportunidades, aunque él, por diversos motivos, había realizado su trabajo de mal humor y en forma deficiente. Desde años atrás no le promovían, reaccionando con envidia y disgusto a la carrera de los demás. Jamás le vieron reír, sus horas más gratas eran las de odiarse a sí mismo y a los demás, fantaseando incluso situaciones apocalípticas.
Datos: había nacido cuando su madre no estaba casada, al nacer ya había tenido una apófisis de vertebras y una cicatriz inexplicable. Cuando le pregunto a su madre el porqué de esta, le dijo que ella había intentado expulsarlo con un objeto puntiagudo al cuarto mes, pero por desgracia no lo consiguió. Nunca había visto reír a sus padres, estaban malhumorados, insatisfechos, quienes le culpaban que su hermano menor tenía un cuerpo deforme, pues de no haber sido porque él nació, su madre nunca se hubiera tenido que casar, ni hubiera tenido que matarse trabajando como burra. La intimación era: Ojala no vivieras. 
Fuentes:
Antognazza J. Qué hacer con la vida. 
Rogoll R. El análisis Transaccional.

(Resumen extraido de Talleres de Crecimiento Espiritual de Paúl Alvarado G. Taller 2, Modulo 1)

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